15 mar 2014

Trabajar juntos para establecer límites con hijos adultos

Si tiene hijos mayores de edad que con frecuencia piden favores o dependen de usted, es importante trabajar en conjunto con su cónyuge en el establecimiento de límites saludables para su matrimonio. Hay algunos pasos que usted puede seguir para proteger su relación, mantener su cordura y proteger su cuenta bancaria, mientras que ayuda a un hijo adulto. Ayudar económica o emocionalmente a su hijo en ocasiones esta bien, sin embargo, puede convertirse en un problema crónico. Si usted tiene una hija que lo tiene a usted más como a un cajero automático que como un padre, puede ser un serio problema. O si su hijo a los veinticinco años de edad acude a usted para pedirle prestado dinero cada mes para pagar el alquiler pero parece tener siempre el dinero suficiente para salir con sus amigos, ello puede dar lugar a algunos conflictos familiares si no se controla .

Trabajar juntos como un equipo

Una de las cosas más importantes que debe recordar es que usted y su cónyuge necesitan trabajar juntos como un equipo para responder a los problemas con los hijos adultos. A veces los problemas surgen cuando la situación implica hijastros. Por ejemplo, una madre biológica puede querer ayudar a su hijo sin consultar a su marido, en el supuesto de que por ser el padrastro, ella no necesita su opinión. Sin embargo, si usted está casado, es esencial que usted ponga primero matrimonio y el trabajo en equipo.Ni siquiera considere por un minuto el ocultarle a su pareja el hecho de prestarle dinero u ofrecer ayuda a su hijo. Esta falta de honradez interferirá con la posibilidad de tener un matrimonio saludable.

Además, no hay que disminuir la autoridad de su pareja. Por ejemplo, no diga a su hijo: "Me encantaría prestarte el dinero, pero tu padre dice que no podemos", o " Tu padre dice que no deberíamos comprarte ese coche, pero creo que puedo conseguir que él cambie de opinión en un tiempo", si lo hace va a etiquetar a su pareja como el "malo de la película" y esto llevará inevitablemente a un conflicto.

Distinguir apoyo de permisión

Hay una gran diferencia entre el apoyo a un adulto que tiene un problema y lo que les permite quedarse atrapado en sus problemas. Antes de comprometerse a prestar asistencia a un hijo adulto, asegúrese de que usted está ayudandolo. Por ejemplo, si su hijo sufre una crisis, es posible que necesite un poco de ayuda a corto plazo. Una enfermedad, un divorcio o la pérdida del empleo pueden crear muchos problemas financieros. Parte de su asistencia a corto plazo puede ser todo lo que necesita para volver a ponerse en pie. Sin embargo, si a sus veinticinco años de edad, necesita cada mes su ayuda para pagar el alquiler o le está pidiendo regresar a casa porque parece que no puede ponerse al día con sus cuentas, esto se trata más de un problema crónico. Si proporciona asistencia en repetidas ocasiones a los hijos adultos con problemas crónicos, no lo esta ayudando a ser mejor. Que tan difícil puede ser decir "no", a veces es lo mejor que un padre puede hacer. Decir no puede ayudarles a aprender cómo hacer cambios para que puedan mejorar su comportamiento y su situación de forma permanente. Es importante asegurarse de que ellos pueden cuidar de sí mismos cuando usted no está cerca.

Proporcionar Ayuda con Condiciones

Si decide ayudar, asegúrese de establecer algunas directrices. No se deje que se aprovechen y no permitir que su hijo siga dependiendo de usted. Por ejemplo, si su hija pide volver a casa porque ella no puede pagar sus cuentas porque ha tomado algunas malas decisiones financieras, al permitirle que ella se mude, debería aclararle que ella puede quedarse durante que el tiempo que requiera pero si sigue teniendo un trabajo estable y está dispuesta a sentarse con usted al menos una vez al mes para revisar cómo va su presupuesto. Si ella no trata de aprender mejores hábitos de gastos, no se beneficiará del hecho de volver a casa.

No deje que su generosidad impacte negativamente su matrimonio. Si usted y su cónyuge están luchando más o se estan estresando por ayudar a un hijo adulto, considere buscar ayuda profesional. Es importante abordar esta cuestión tan pronto como sea posible ya que el resentimiento, la ira y el conflicto sobre cuestiones de familia pueden crear profundas divisiones en una relación si los problemas no son atendidos.

 Psicóloga Leticia Ortega
 Centro de Psicoterapia Bienestar

4 tips para manejar el estrés en una familia

Muchas familias no pueden permitirse el lujo de tener a uno de los padres en casa durante todo el día. Ciertamente, la idea de ser un ama de casa no le gusta a todo el mundo. Sin embargo, cuando ambos cónyuges trabajan en empleos a tiempo completo, esto puede llegar a ser un reto. Trabajara a tiempo completo puede significar menos tiempo juntos, menos tiempo dedicado a las responsabilidades del hogar, y más estrés. Todo esto puede conllevar a problemas en el matrimonio.

  1.  Dejar ir las cosas que no hay que hacer Para las personas que están acostumbrados a hacer muchas cosas, puede ser especialmente difícil dejar de hacer aquellas cosas que les gusta. Usted necesita tener tiempo disponible para dedicarle a su cónyuge y a su relación. Piense en lo que va a ganar por reorganizar su horario para que pueda concentrarse en sus prioridades. Una ayuda puede ser por ejemplo, contratar a un adolescente de su barrio para que haga el trabajo en el jardín. O puede usted acordar con otros padres para turnarse en el transporte de los niños. Estas pequeñas cosas pueden ahorrarle una o dos horas que pueden ser empleadas en el compartir con su pareja. 
  2. Establecer un presupuesto Es importante contar con un presupuesto y saber dónde está gastando más. En la actualidad en muchos hogares mama y papa trabajan, la familia se beneficia por el dinero extra que está ganando. Si los dos están trabajando, trate de no dejar que su dinero duramente ganado se desperdicie. Establezca algunas metas financieras y un plan para ayudarle a cumplir sus metas.
  3. Prepare una rutina Aunque algunas personas tienen miedo de tener una rutina porque piensan que suena aburrido, añadirle un poco de estructura a su vida puede ser de ayuda. Tener una rutina no significa que usted necesita establecer tan rígidamente lo que hace y a qué hora lo hace. El establecimiento de una rutina puede ayudar a mantener un orden de las cosas que son prioritarias. Si usted toma la decisión de que los domingos son descanso y libres de trabajo, asegúrese de que todos sus pendientes del hogar se hayan realizado el día anterior. Decidir llevar una rutina le ayudará a sentirse menos cansado. 
  4.  Reserve tiempo para fechas importantes Asegúrese de reservar tiempo para fechas especiales junto a su pareja. Esto no tiene porqué ser caro o extravagante. Si todo lo que puede hacer es tomar un almuerzo rápido juntos una vez por semana, aprovechen esa oportunidad. Ir a dar un paseo, hacer un picnic, o quedarse en casa y alquilar una película también son buenas opciones. La parte importante es dejar un tiempo para pasar con la pareja. Por turnos pueden planificar fechas juntos. Y trate de programar un fin de semana al menos una vez al año para pasar juntos, y así estar lejos del ajetreo de la vida cotidiana y centrarse en su matrimonio. Pasar tiempo de calidad juntos puede ayudar a reducir el estrés de su día a día mientras que le brinda la oportunidad de crecer juntos como pareja.
Psicóloga Miriam Mena 
Centro de Psicoterapia Bienestar

7 mar 2014

Sus hábitos influyen en su pareja

 A menudo, la gente piensa que sus hábitos tienen poca influencia en su cónyuge. Sin embargo, sus hábitos pueden influir en su pareja más de lo que piensa. Un ejemplo de esto se puede ver en el hábito de su pareja para consumir alcohol, esto sin duda influye entre sí durante el matrimonio. Es probable que estos mismos principios se apliquen a otros malos hábitos. Por ejemplo, si usted vive con un cónyuge desordenado, es posible que usted deje un poco de lado sus hábitos de limpieza. O si su cónyuge es impuntual, entonces usted puede tender a ser menos puntual también. Tener diferentes hábitos puede ser útil a veces. Si se casa con alguien que es todo lo contrario a ustedes, puede ser beneficioso para ambos y sacarle provecho a la relación. Por ejemplo, alguien que no suele socializar mucho puede disfrutar de algunas de las mayores actividades si se casa con una persona muy sociable. O una pareja que se compromete en el gasto y el ahorro pueden equilibrarse mutuamente. Sin embargo, el convivir puede llegar a ser problemático cuando el mal hábito de una persona se contagia a la otra. A veces una persona puede perder de vista sus propios valores y puede llegar a ser insensibles por los hábitos de su cónyuge. Por ejemplo, si usted vive con alguien que no está preocupado por comer sano, es posible que se deje llevar fácilmente por el hecho de incluir más comida chatarra en su dieta.

 Examine cómo los hábitos de su pareja podrían estar influyendo en usted Si su cónyuge tiene algunos malos hábitos, es importante echar un vistazo a cómo esos hábitos podrían estar influyendo en usted. Revise si ha cambiado alguno de sus comportamientos para estar más acorde con los hábitos de su cónyuge. A veces esto puede ser algo positivo y, a veces no lo es. Si los buenos hábitos de su cónyuge lo han contagiado, ¡siga así!. Tal vez usted ahora se ejercita con más frecuencia porque está casado con una persona que nunca pierde la oportunidad de ir al gimnasio. O tal vez duerme a una hora más razonable porque su cónyuge tiende a dormir más temprano. Sin embargo, es importante asegurarse de que usted no ha recogido ninguno de los hábitos no saludables de su pareja. En respuesta a los malos hábitos de su cónyuge Una vez que reconozca los malos hábitos de su pareja y cómo esto pudiera estar influyendo en su comportamiento, es el momento de decidir si quiere hacer algo al respecto.

A menudo la gente trata de hablar con su cónyuge del mal hábito o tratar de convencerlo de cambiar. Sin embargo, parece que la manera más efectiva para tratar de ayudar a su pareja a realizar el cambio es predicar con el ejemplo. Evite el "Si no puedes vencerlos, únete a ellos", así que si usted quiere que su cónyuge cambie, compórtese de la misma manera como le gustaría que su cónyuge se comporte. Si su esposo tiene un problema de ira, no se rebaje a su nivel diciendo cosas malas cuando se pierde los estribos. Enseñe con el ejemplo. Desarrolle hábitos saludables para usted mismo y tratar de conseguir que poco a poco se borren los malos hábitos de su cónyuge.

Psicóloga Miriam Mena
Centro de Psicoterapia Bienestar

5 mar 2014

¿Cómo afectan las peleas de los padres a los niños?

Los padres deben ser ejemplos a seguir para sus hijos/as y si ellos ven que sus padres resuelven sus diferencias de una manera inadecuada a gritos y muchas veces hasta con agresiones físicas, es así como adquirieren esos comportamientos agresivos en sus relaciones interpersonales e incluso en el ámbito familiar cuando llegan a su adultez.

Es necesario que cuando los padres tengan que resolver algún problema, traten de hacerlo sin violencia y procurando que su hijos no estén presentes. La mayoría de los niños se sienten preocupados cuando sus padres pelean, algunos hasta llegan a asustarse porque creen que sus padres han dejado de quererse y por lo tanto se van a divorciar. En muchas ocasiones presenciar las discusiones de los padres les provoca llanto, dolor de cabeza e incluso pérdida del sueño.

Los padres pueden discutir o no estar de acuerdo por alguna situación pero lo importante es que traten de que esto no llegue a mayores y si Ud nota que se está saliendo de control lo mejor es retirarse del lugar y cuando ya estén los dos más calmados pueden hablar. El pelear frente a los hijos les genera dificultades en crear vínculos con los demás, el niño/a puede volverse agresivo o miedoso.

Recomendaciones:

  • Nunca involucrar en sus discusiones a sus hijos/as haciéndoles que tomen partido, es decir, que estén a favor de alguno de los dos. 
  • Si el niño/a pregunta porqué discuten o se agreden traten siempre de explicarles, que existen otras formas de resolver las dificultades y que van a intentar de resolver de mejor forma sus diferencias. 
  •  Es necesario que los padres cumplan con la promesa de ya no pelear (al menos en presencia de los niños) y si no pueden, busquen ayuda profesional. 
Psicóloga Teresa Gómez
Centro de Psicoterapia Bienestar